Bienvenidos a bordo de nuevo, amigos de los misterios aéreos. Continúan las indagaciones en torno al misterioso accidente aéreo de Teruel en el que no se han hallado ni un solo resto de sus ocupantes, ni posibles rastros dejados por éstos ni pistas sobre qué podrían transportar en el pequeño avión.

Un informe provisional emitido por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), organismo investigador vinculado al Ministerio de Fomento, confirma que las marcas de matrícula de nacionalidad checa que tenía el avión, que el pasado 22 de Noviembre apareció calcinada en una antiguo aeródromo a 2,5 kilómetros de la pedanía turolense de Valdecebro, son falsas. En un primer momento se supo que se trataba de un ULM Aerospool WT9 Dynamic y matrícula OK-OUU 55.

 

La aeronave, un modelo biplaza de fabricación eslovaca, descubierta por una persona que caminaba por el lugar, estaba prácticamente destrozada por el fuego y sin rastro de sus ocupantes. Agentes de la Policía Nacional recorrieron el entorno en busca de huellas de la tripulación, pero no hallaron nada. Se investigó si hospitales y centros de salud de Teruel y provincias próximas habían prestado atención sanitaria a alguna persona cuyas heridas pudieran haber sido fruto de un accidente aéreo, pero el resultado también fue negativo.

La CIAIAC, a la que se ha encargado la investigación del aparato con el fin de arrojar luz sobre el extraño suceso, constata también en su estudio que la aeronave rompió su tren de aterrizaje principal al tomar tierra en dicha pista forestal, actualmente en desuso. En concreto, el organismo explica que la avioneta se enganchó en un cable metálico sujeto a dos postes situados en un extremo de la pista con el que se impedía el paso de vehículos a la misma.

 

El informe concluye que, por el momento, se desconoce el número de ocupantes a bordo, la hora a la que tuvo lugar el accidente y los detalles del vuelo que se estaba realizando. Los datos podrían modificarse en el transcurso de la investigación, que no ha terminado.

El hecho de que el avión usara una matrícula falsa respaldaría la hipótesis de que el aparato, que viajaba sin autorización ni plan de vuelo, llevase a cabo una actividad ilegal. El fuego, que pudo ser intencionado, solo dejó reconocibles el ala izquierda y una parte de la cola.

 

El lugar del impacto es una zona de monte situada muy cerca del aeropuerto industrial de Teruel. Sin embargo, bien por voluntad del piloto o por fuerza mayor, en vez de intentar tomar tierra en ese aeródromo se optó por hacerlo en esa vieja pista forestal, cuyas condiciones eran muy precarias, lo que llevó a ocasionar el accidente.

Fuente: www.heraldo.es