El enigmático accidente aéreo de Ramón Franco en 1938

El enigmático accidente aéreo de Ramón Franco en 1938. ¿Accidente aéreo o asesinato? Os cuento todas las claves hoy en mi artículo. Madrugada del 28 de Octubre de 1938. 06:00h am al amanecer. Dos hidroaviones españoles, modelo Cant 506, despegan desde la base aérea mallorquina de Pollensa (en Palma de Mallorca, España). Poco después, uno de ellos sufre un accidente mortal…

Bienvenidos de nuevo a bordo, amigos de los «Misterios Aéreos». Esta noche viajamos a 1938. Estamos, tan solo, a casi 20 días antes del final de la decisiva Batalla del Ebro, la más larga y cruenta de toda la Guerra Civil Española. En ella, los republicanos dejan 10.000 muertos y 20.000 prisioneros.

 

 

La misión de Ramón Franco, bombardear el puerto de Valencia

 

Al filo de las 06:00 am de la mañana, despegan los hidroaviones Cant 506 comandados por Ramón Franco y Rodolfo Bay. Ramón Franco era el hermano masón del Caudillo, Francisco Franco y héroe de la hazaña del vuelo del Plus Ultra el 10 de Febrero de 1926. En ella, consiguieron unir España y Buenos Aires sin escalas. Rodolfo Bay fue un aviador del bando nacional fiel al Caudillo. Posteriormente fue piloto de Iberia y presidente y fundador de la aerolínea Spantax.

Despegaron de la base aérea de Pollensa, en Palma de Mallorca, con un tiempo meteorológico francamente malo y de perros. Partieron juntos y se fueron volando en formación uno a la vista el uno del otro. A pesar del mal tiempo, poco a poco, remontaron la nubosidad existente y ganan altura.

 

 

Francisco Franco nombró Jefe de la Aviación de Baleares a su hermano Ramón Franco sin contar con nadie. Ni siquiera con el entonces responsable de la Aviación, el General Kindelán, enemigo declarado de Ramón Franco. La llegada de Ramón Franco a Mallorca no pudo ser más gélida y amarga. Ningún oficial le dio la mano, todos le odiaban.

Ambos aviones tenían una misión. Tenían que bombardear el puerto de Valencia para lo que llevaban 1.000 Kgs de bombas a bordo. Ramón Franco, al igual que su copiloto, Joaquín Domínguez, se había puesto los guantes y un sobrecuello de piel antes de despegar. Sabían que iban a realizar el vuelo a unos 4.000 metros de altitud y que, por lo tanto, era predecible el frío tan intenso que iban a vivir a bordo del hidroavión.

 

El hidroavión italiano Cant 506 de Ramón Franco

 

El hidroavión Cant 506 era un avión trimotor, de fabricación italiana y poseía una increíble particularidad. Su estructura era toda de madera. Podemos, de esta forma, imaginar lo vulnerable que era la aeronave ante el menor impacto que pudiese sufrir.

 

 

La carlinga (la cabina del avión) era muy estrecha y tenía dos alturas. Una estaba más elevada, donde estaba el puesto de mando de ambos pilotos, con ventanillas laterales por las que veían y podían ser vistos desde el exterior. Dato muy importante en esta historia. La otra parte era la inferior, donde viajaban el observador y el mecánico. Y un poco más atrás se sentaba el radiotelegrafista. El pasillo del avión era muy angosto y resultaba casi imposible que dos personas pudieran cruzarse al mismo tiempo en su interior.

 

Comienzan los contratiempos durante la misión

 

Todo parecía controlado durante la primera fase del vuelo. Pero, al aproximarse a un cumulonimbo (una nube de desarrollo vertical con actividad tormentosa en su interior) todo se complicó. Tanto Ramón Franco como Rodolfo Bay, que volaba detrás a escasa distancia, sintieron de repente que sus aviones empezaban a perder potencia y velocidad.

El Comandante Bay, accionó enseguida los flaps del hidroavión (unos dispositivos de hipersustentación a bajas velocidades) para evitar perder el control de la aeronave. Y desde su avión observó cómo el hidroavión de Ramón Franco realizaba un brusco picado para meterse de lleno en la nube.

 

 

 

Esa fue la última vez que se divisó el hidroavión de Ramón Franco. Rodolfo Bay consiguió esquivar el cumulonimbo y siguió volando unos minutos en la zona a la espera de que la aeronave de Ramón Franco saliese de la nubosidad. Intentó contactar por radio con el avión de Franco pero fue totalmente imposible.

Poco después, la aeronave de Bay sobrevoló el mar buscando los restos de la aeronave de Franco. No consiguió hallar ni el menor rastro del avión desaparecido. Totalmente abrumado, decidió suspender la misión del bombardeo del puerto de Valencia y regresar a la base de Pollensa. Así podría informar cuanto antes de todo lo que había sucedido.

 

 

El testimonio de Rodolfo Bay y sus sospechas

 

A su llegada a Pollensa, el Comandante Bay relató que cuando ambos aviones se acercaron al cumulonimbo, le pareció observar una inusitada agitación en la cabina de vuelo del avión de Ramón Franco. Aquello no era normal. Pudo distinguir en el interior del avión un continuo ir y venir del observador, del mecánico y del radiotelegrafista.

El movimiento de este último era incluso muy sospechoso dado que su puesto estaba en el pasillo inferior de la cabina. Esto evidenciaba que se habían puesto todos en pie dentro de la aeronave. Los tres tripulantes parecían comentar en el interior de la aeronave alguna incidencia importante con Ramón Franco y el otro tripulante copiloto.

 

 

Bay no fue capaz ya de precisar si aquella supuesta alteración se debía a un estado de alarma real. O si, por el contrario, obedecía al normal intercambio de comunicaciones muy rápidas sobre la incidencia de la disminución de velocidad o el empleo de los flaps.

 

Aparece el cuerpo de Ramón Franco en el Mediterráneo

 

El cuerpo de Ramón Franco fue hallado finalmente en el Mar Mediterráneo. Ramón Franco presentaba una sospechosa herida en la frente, en la sien izquierda, en forma de circunferencia de un centímetro de diámetro aproximadamente. El agujero de la herida estaba totalmente limpio, con los bordes algo negruzcos y sin restos de sangre, debido a la acción del lavado del agua de mar.

A simple vista, al cuerpo del héroe del Plus Ultra, el mismo que había atravesado el Océano Atlántico Sur en 1926, le faltaba parte de una pierna, desde más abajo de la rodilla. Pero el oficial reparó luego en que en realidad estaba fracturada; era la misma pierna que Ramón se había roto al derrumbarse el estrado mientras arengaba a la multitud en un mitin republicano.

 

 

Respecto a la herida en la frente, el Teniente Fernández barajó al principio que pudiera tratarse de un impacto de bala a causa de un suicidio o de un asesinato.

 

¿Accidente Aéreo o Asesinato?

 

Tanto la hipótesis del suicidio como del asesinato, en principio, carecían de sentido alguno. Estábamos ante un caso de un avión que se precipitó al vacío desde unos 3.000 metros de altitud aproximadamente, meneado muy violentamente dentro de un cumulonimbo. Y mientras esto sucedía, los pilotos luchaban desesperados por mantenerlo en vuelo intentando salir del interior de aquella nube traidora.

 

 

Ambas hipótesis también carecerían de sentido alguno si se hubiesen producido con Ramón Franco ya en el agua. Hubiese sido realmente difícil sobrevivir a un impacto tan brutal desde una altura de 3.000 metros. Sin embargo, los restos del avión de Ramón Franco, no presentan daños de abolladuras de granizo, como es habitual cuando una aeronave ingresa en un cumulonimbo,

Al final y de forma oficial (teniendo en cuenta toda la censura de aquella época en prensa y en informes oficiales) se llegó a la conclusión de que la incisión en la sien izquierda de Ramón Franco era a consecuencia del impacto de Franco contra alguna superficie saliente de la cabina de vuelo.

 

Pruebas e indicios que levantan sospechas

 

Existe esta declaración de Rodolfo Bay en la revista Mach.82 del SEPLA en Mayo de 1999: “Para mí está muy claro que fue un sabotaje. Muy bien preparado pero un sabotaje, sin duda. Es difícil demostrarlo al cabo de los años pero no me cabe duda de que el avión estaba preparado para que ocurriera lo que ocurrió”.

 

 

En esa misma entrevista en Mach.82, Bay cuenta también que cuando en la madrugada del 28 de Octubre, las 2 tripulaciones ya estaban subidas en los botes para dirigirse a los hidroaviones que estaban fondeados en la bahía de Pollensa recibieron la orden de que Ramón Franco volaría con el avión y la tripulación de Bay y viceversa. Bay declaró que les extrañó muchísimo esta inusitada orden y que así lo comentaron entre ellos.

A falta de una investigación oficial concluyente, en los informes oficiales militares y ficha de Ramón Franco, se hizo constar simplemente la siguiente frase: “Fallecido en accidente de aviación a causa del mal tiempo”. Otra hipótesis de muchos investigadores sostiene que Francisco Franco ordenó el sabotaje del avión de Ramón y ordenó su muerte.

El misterio perdurará para siempre en la muerte del hermano de Francisco Franco, un héroe reconocido de la aviación militar española y protagonista de una de las mayores hazañas aéreas que la aviación española haya podido conseguir a lo largo de todos los tiempos. Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos…