Hay quienes consideran esto como un hecho divino. Otros lo consideran un castigo venido del cielo o un castigo de Dios. Y lo cierto es que suele interpretarse siempre como señales que presagian pocas cosas buenas. Sin irnos muy lejos, en España ha pasado muchas veces. No solo llueve agua del cielo; en mi artículo de hoy os descubro las lluvias más insólitas que han caído del cielo sobre nuestro planeta.
Bienvenidos a bordo, amigos de los «Misterios Aéreos». Hoy dejamos de lado el misterioso mundo de los aviones pero no el de los enigmas aéreos más increíbles. Como curiosidad puedo comentaros que esto en España ya ha sucedido más de una vez. Por poner un ejemplo, entre los años 1880 y 1890, cayeron del cielo codornices en Navarra y Valencia. Otra lluvia insólita bastante conocida fue la de la lluvia de batracios (sapos) en Badajoz. O la de caracoles sobre un pueblo de Huelva.
Y aunque en este tipo de sucesos, la mayoría de las veces siempre existe una explicación lógica, no por ello dejan de sorprendernos. Misterios que, en algunos casos, no se han resuelto pero que en otros casos sabemos que han sido causados por motivos lógicos, demostrados y justificados.
Os dejo aquí una asombrosa recopilación de fenómenos curiosos y cosas raras que han llovido de nuestros cielos.
Lluvia de ranas, sapos y peces
¿Y si la lluvia fuese de sapos, ranas y peces? Es el caso ocurrido el 31 de Marzo de 1977. Se desató una fuerte tormenta en Ohio, EEUU. Tras la misma, todos los jardines y espacios abiertos de la ciudad aparecieron cubiertos por sapos pequeños del tamaño de una uña. Pero sucedió también en más lugares.
A primeros de Julio de 1979, la Agencia Soviética de Noticias TASS (que no suele dar informes sensacionalistas), comunicó que una tormenta dejó caer millones de ranas sobre un poblado llamado Dargan Ata (Turkmenistán) cerca del Mar de Aral. Los científicos soviéticos intentaron explicar el fenómeno, argumentando que un remolino succionó toda clase de objetos y animales de pequeño tamaño, llevándolos hasta las nubes. Fue la explicación oficial.
Lluvia de símbolos jeroglíficos
El 27 de Febrero de 1877 se dio un fenómeno insólito en Penchloch, Alemania. Aquella jornada cayó una espesa lluvia amarilla, de color oro, cuya materia se componía de 3 formas distintas. Parte de aquella materia tenía forma de flecha. Otras partículas tenían la forma de un grano de café. Y otras partes de aquella sustancia parecían semejarse a un disco.
No se encontraron trazas de polen y se comprobó que la sustancia despedía un fuerte olor de origen animal. El análisis químico reveló la presencia de nitrógeno y amoníaco en aquello, fuese lo que fuese. El escritor Charles Hoy Fort, en su obra «El libro de los condenados», habló sobre aquella extraña lluvia. Dijo por aquel entonces: «Tal vez fueran símbolos jeroglíficos de alguien que intentaba decirnos algo».
El 14 de Febrero de 1870 cayó en Génova, Italia, según el profesor Beccardo, Director del Instituto Genovés de Física (citado por Charles Fort), una sustancia amarilla que cubrió las calles. Aquello imposibilitaba caminar incluso por aquellas calles. Según estimaron, la cantidad de la materia amarilla que cubrió Génova era de unas cien mil toneladas.
Charles Hoy Fort (Albany, 1874 / Bronx, 1932)
Charles Hoy Fort (Albany, 1874 / Bronx, 1932) fue un escritor e investigador de hechos inexplicables. Parte de su trabajo fue poner de manifiesto la presencia de precipitaciones fuera de toda lógica de su tiempo.
Siempre intentó probar la existencia de hechos que no obedecían a los patrones reglados por las fórmulas o explicaciones de la ciencia de sus días. Escribió varios libros sobre temas muy atrayentes y fueron muy vendidos y leídos. Durante años se dedicó a reunir miles de datos (hasta 60.000 notas) dando testimonio de extrañas lluvias caídas en distintos sitios del planeta.
Fort se dedicó siempre a informar sobre aquellas raras lluvias. En el archivo de Fort hay comprobadas lluvias de peces sobre Londres, de ranas, de sangre, lluvias negras y amarillas. Incluso la caída de enormes bloques de hielo, algunos del tamaño de un elefante.
Objetos de origen desconocido
Según mantenía Charles Fort, no solo han caído diversas lluvias coloreadas desde el cielo. En ciertos momentos de la historia se produjo la precipitación de sustancias totalmente increíbles. El 13 de Agosto de 1819, en Amherst (Massachusetts, EEUU) un objeto misterioso y recubierto de una pelusilla como la que se encuentra en la fábrica de paños, cayó al suelo desde el cielo.
Cuando analizaron aquel extraño objeto, lograron separar la pelusa que presentaba en su exterior. Descubrieron en su interior una sustancia pulposa de color amarillento que desprendía un olor muy nauseabundo. Y entonces, en pleno análisis, se volvió de color rojo vivo por el simple contacto con el aire. No consiguieron averiguar su origen ni explicarlo de ninguna manera científica.
Lluvia de monedas antiguas de los Siglos XVI y XVII
Viajemos a Rusia. Julio de 1940. En la región de Gorki, en el pueblo de Meshchery, llovió una fortuna del cielo. 1.000 monedas antiguas de oro y plata de la época de Iván el Terrible. Los científicos dedujeron que, para subir semejante cantidad de peso a la atmósfera, era necesaria una gran cantidad de energía. Y esta energía solo podría provenir de algún tornado. Pero este tipo de fenómenos no era muy común en esas latitudes.
Según una hipótesis, durante una tormenta eléctrica, parte de un tesoro que se conservaba fue arrastrado y un potente huracán alzó las monedas en el aire. Luego las hizo llover literalmente en aquella zona. No fue un caso aislado. Tras aquel suceso, en Noviembre de 1956, llovieron monedas de 1 y 0,5 peniques sobre la ciudad inglesa de Durham. En Febrero de 1957 también hay documentada una lluvia de billetes reales en denominaciones de 1.000 francos sobre la ciudad francesa de Bourges.
Más lluvias documentadas de dinero
Otro caso documentado de lluvias «monetarias» sucedió en verano de 1969. Ese día, los ventanales de una hostería de los Alpes alemanes, en Oberstdorf, fueron destrozados por una lluvia de monedas antiguas. Eran rupias, maravedíes y piastras. Se repitió a la mañana siguiente y atrajo a muchos curiosos. La policía investigó en el lugar junto a una unidad de perros especializados que rastrearon la zona sin encontrar pistas.
Los dueños declararon que durante las 2 lluvias de monedas se oyeron voces en lenguas extrañas. Algunos huéspedes interpretaron aquellas voces como idiomas antiguos. Eran en griego antiguo y en sánscrito (lengua indoeuropea usada en textos sagrados y cultos del brahmanismo de los siglos XV y X a.C. en la India).
Lluvia de vacas
Sucedió en el año 1997. Nos situamos en el Mar de Ojotsk, entre los límites de los mares territoriales de Rusia y Japón. En aquella ocasión, un barco pesquero de arrastre japonés sufrió graves desperfectos por este motivo, llevándolo a pique y hundiéndose. Los pescadores, que fueron rescatados, confirmaron el hundimiento del barco a causa de una vaca que cayó del cielo. Incluso en un primer momento, los pescadores fueron internados en un hospital psiquiátrico a causa de una psicosis masiva.
El lugar del impacto, en concreto, fue en el Mar de Ojotsk. Es un mar situado en el Noroccidente del Océano Pacífico, limitado por la península de Kamchatka en el Este. Limita con las Islas Kuriles al Sureste y con la isla japonesa de Hokkaido al Sur.
Hubo dudas sobre el tema. También se dijo que podía haber caído desde un avión de carga ruso. La armada japonesa recibió una señal de petición de auxilio desde este pesquero. Según algunas fuentes, las autoridades rusas admitieron que un avión ruso de carga que transportaba ganado, había perdido un animal en pleno vuelo.
Otra versión de los hechos fue que los pilotos de un avión robaron una vaca y la subieron a bordo de su aeronave. Pretendían tener carne fresca para disfrutar de bistec y filetes en sus siguientes días. Pero la vaca se volvió loca en vuelo y comenzó a destrozar el interior del avión en la fase de crucero. No tuvieron más remedio que tirarla «por la borda», con tan mala suerte que cayó justamente encima del pesquero japonés.
Lluvia de arañas
Este insólito hecho sucedió en Argentina en el año 2007, en la provincia de Salta. Una impresionante lluvia de arañas cayó en aquella zona del planeta. Los arácnidos tenían, aproximadamente, unos 10 cm de diámetro y además llovieron cientos de arañas.
El hecho fue muy famoso porque se pudo llegar a filmar por un fotógrafo argentino. Los insectos tenían multitud de variedades de colores. El suelo se llenó por completo de cientos de arácnidos sin que hubiera una explicación científica para aquel enigmático suceso.
Según muchos científicos e investigadores, la principal causa de estas lluvias de animales o insectos es una combinación de chubascos, tornados y vientos. Estos fenómenos meteorológicos pueden transportar fauna a cientos de kilómetros de su ubicación principal. Muchos científicos, en la actualidad, apoyan esta teoría.
La más documentada y reciente es la lluvia de arañas en Australia en Mayo de 2015. Los residentes de Goulburn (Nueva Gales del Sur), vieron llover millones de arañas del cielo. Tras caer al suelo, los arácnidos llenaron los alrededores con sus telarañas. Normalmente el viento dispersa a las arañas en un área muy grande y nadie se da cuenta. Sin embargo, esta vez la corriente de aire atrajo a todas las arañas a un mismo lugar.
Seguiré en otro próximo capítulo, descubriendo junto a todos vosotros, amigos de los «Misterios Aéreos», las lluvias más insólitas registradas en nuestro planeta. Hasta el próximo vuelo del misterio….
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