Hace 214 años, un 2 de Mayo de 1808, España se sublevó contra Napoleón. Se producía el levantamiento popular que los ciudadanos madrileños realizaron contra las tropas francesas del Emperador Napoleón Bonaparte en Madrid. Con este gesto popular, Madrid desafiaba al poder del Imperio Francés. Sin embargo, la manera represiva con la que actuaron las tropas francesas solamente provocó lo inevitable. El inicio de la Guerra de la Independencia.
Los levantamientos populares del 2 de Mayo del año 1808 nos dejan imágenes que nunca deben perderse en el recuerdo. Grandes cuadros de grandes y famosos pintores que retratan aquellas intensas, violentas y sangrientas horas que terminaron con salvajes represalias por parte de los soldados franceses.
Los Malasaña entran en la historia
Napoléon y Carlos IV, Rey entonces, habían firmado una Alianza que llevaría a Napoleón a conquistar Portugal dirigiendo a 60.000 soldados franceses a través de tierras españolas. Nada más y nada menos que una artimaña y mentira para que las tropas de Napoleón pudiesen conquistar España entera. No todos los soldados franceses se dirigieron a la frontera con Portugal. Así comenzó la invasión francesa de España por parte de las tropas de Napoleón Bonaparte.
Nos encontramos, a continuación, una de las principales protagonistas en esta imagen. Manuela Malasaña, costurera de profesión, fue una de las muchas mujeres que participaron en el levantamiento contra los franceses en Madrid. La tradición cuenta que la joven madrileña ayudó a su padre, Juan Malasaña, suministrándole cartuchos de fusil para combatir desde su propia casa a los invasores.
Este cuadro, de Eugenio Álvarez Dumont, representa el momento en que Juan Malasaña mata al francés que acababa de asesinar a su hija. Existen muchas dudas sobre el papel que jugó aquel día Manuela Malasaña. A día de hoy, no hay acuerdo entre los historiadores pero lo que está claro es que fue fusilada sin piedad por los franceses.
Los primeros momentos del 2 de Mayo de 1808
A primera hora de la mañana de aquel fatídico y esperanzador 2 de Mayo de 1808, los madrileños comenzaron a juntarse y manifestarse delante de las puertas del Palacio Real de Madrid. Corrían rumores de que las tropas francesas querían secuestrar al pequeño Infante Francisco de Paula, hijo del Rey Carlos IV y de María Luisa de Parma.
María Luisa de Parma fue una famosa reina conocida especialmente por haberse quedado embarazada hasta en 24 ocasiones. Entre todas aquellas voces de gargantas madrileñas sobresalía la de José Blas de Molina, activista, agitador político de la época y cerrajero de profesión. Blas de Molina gritó a la multitud: -» ¡Traición! ¡Que nos lo llevan! ¡Nos han arrebatado a nuestro Rey y ahora quieren llevarse a todos los reales!».
Y a continuación concluyó con el grito lapidario de: -«¡Muerte a los Franceses!». El 2 de Mayo de 1808, el levantamiento de Madrid vino provocado por este gesto, por la intención o los rumores de que Napoleón quería secuestrar y llevarse al pequeño Infante.
Los héroes Luís Daoiz y Pedro Velarde
Especialmente, en los levantamientos del 2 de Mayo de 1808 sobresale la figura de dos hombres. Ambos fueron considerados héroes por la historia de España. Se trata de los militares españoles Luís Daoiz y Pedro Velarde.
Luís Daoiz era andaluz y tenía 41 años. Era el militar al mando del Parque de Artillería de Monteleón, donde se encuentra en Madrid la Plaza del 2 de Mayo. Este enclave militar estaba custodiado por unos 80 militares franceses pero era de los pocos lugares donde los rebeldes españoles podrían reagruparse y armarse decentemente contra los franceses.
En un primer momento, se tomó el Parque de Artillería con engaño a las tropas francesas. Tras hacerse con el lugar los españoles, los franceses se decidieron a tomarlo de nuevo y poco duró la soberanía española en aquel lugar.
Velarde (de 29 años), cántabro, engrosaba como Capitán Artillero las altas esferas del Estado Mayor del Cuerpo de Artillería. Pedro Velarde murió a manos de un soldado polaco, que engrosaba las filas francesas. Le pegó un tiro a quemarropa en pleno corazón en la liberación del Parque de Artillería.
Luís Daoiz acabó malherido, en un primer momento y muerto finalmente por bayoneta pero ambos guiaron al pueblo madrileño, solamente armado con cuchillos y palos, en esta toma tan importante de este enclave militar.
Los fusilamientos franceses, como castigo a los sublevados
Los franceses no escatimaron en recursos para frenar la sublevación madrileña del 2 de Mayo de 1808 y, en represalia contra el pueblo español, se llevaron a cabo sangrientos fusilamientos como castigo por la desobediencia vertida hacia los invasores liderados por Napoleón Bonaparte.
Los castigos, los fusilamientos contra los patriotas españoles, se llevaron a cabo el 3 de Mayo de 1808. En grupos, los condenados a morir fueron enviados a distintos lugares de Madrid para su inmediata ejecución. Los lugares elegidos para los fusilamientos fueron el Paseo del Prado, la Puerta del Sol, la Puerta de Alcalá, el Portillo de Recoletos y la Montaña del Príncipe Pío y fueron fusilados a las 04:00 de la madrugada del 3 de Mayo de 1808.
En el famoso cuadro de Francisco de Goya muchos desconocen que el pintor destaca a un héroe anónimo que se enfrenta de nuevo a ellos, ahora arrodillado y con los brazos en cruz, con su expresión de terror y asombro, sin comprender la razón de tan brutal represalia. Goya lo pintó vestido de blanco, proclamando con ello su inocencia, convirtiéndole en el símbolo de la lucha del pueblo español.
Eterno reconocimiento a los valientes héroes españoles
Hoy en día, los héroes españoles no son olvidados ni mucho menos y se les otorga eterno reconocimiento por su valentía, honor y lealtad a España en un monumento que está situado en el Paseo del Prado en Madrid. El Obelisco a los Caídos.
Su arquitecto fue Isidro González Velázquez y comenzó a construirlo el 21 de Abril de 1821 pero los trabajos fueron parados luego temporalmente hasta que el Ayuntamiento de Madrid inauguró definitivamente el monumento a los valientes el 2 de Mayo de 1840 y consagrado por Su Majestad el Rey Juan Carlos el 22 de Noviembre de 1985 como Monumento de Guerra para todos los Españoles.
La historia está escrita, para bien o para mal. No se olvida, pero debemos como pueblos hermanos, aprender a convivir en Paz, a vivir respetando a los demás.
La historia no se borra pero debe de servir de lección para no volver a cometer los terribles errores del pasado. Por España y para España, en recuerdo y en honor a los caídos y a los que dieron su vida por este país. Viva España…
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