Chemtrails: La lógica de lo absurdo de las estelas químicas. Cobraron protagonismo en los años 90 pero muchos no quisieron razonar sobre ellos. Vuelven a estar en la palestra de la opinión pública ahora en el año 2023 pero no por ser verdad. Sino por ser una mentira sostenida por miles. Hoy, en mi artículo, devolveremos la lógica a lo absurdo de hablar de algo que, sencillamente, no existe…

Bienvenidos a bordo, amigos de los «Misterios Aéreos». Las épocas de crisis siempre han sido el mejor terreno de cultivo para sembrar el miedo entre la población y la que nos está tocando vivir no es una excepción. Hemos superado una pandemia y salimos de la última crisis económica mientras estamos inmersos en una guerra en el corazón de Europa.

 

Quién se refiere a los “Chemtrails”, lo está haciendo a las estelas de vapor dejadas por los aviones tras su paso por el cielo. En un inglés correcto, fuera de toda absurdez, a este fenómeno lo denominaríamos como “Contrail” o nube (estela) de condensación.

 

Una gran incertidumbre nos rodea. A ella se le suma el ambiente generalizado de pésimas noticias y la falta de respuestas a un buen número de preguntas. Este cóctel de incertidumbre finalmente consigue que muchas personas desesperadas se agarren a cualquier explicación que pueda justificar lo que está sucediendo. Explicaciones, en muchas ocasiones, que resultan muy descabelladas.

 

El origen de la teoría conspirativa de los «Chemtrails»

 

La palabra inglesa “Chemtrail” proviene de la abreviación de las palabras inglesas Chemical” “Trail”, las cuales se traducen literalmente al español como «Química” y «Estela». En su conjunto, «Estela Química».  Algunas personas afirman que estas estelas forman parte de un plan secreto que pretende modificar el clima, provocar enfermedades, controlar la natalidad o directamente acabar con la humanidad. 

No obstante, quién se refiere a los “Chemtrails”, lo está haciendo a las estelas de vapor dejadas por los aviones tras su paso por el cielo. En un inglés correcto, fuera de toda absurdez, a este fenómeno lo denominaríamos como “Contrail” o nube (estela) de condensación. Nubes que no son más que formaciones nubosas lineales provocadas por el escape del motor de un avión. También vienen provocadas por cambios en la presión del aire a altitudes de crucero de varios kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

 

Algunas personas afirman que estas estelas (Chemtrails) forman parte de un plan secreto que pretende modificar el clima, provocar enfermedades, controlar la natalidad o directamente acabar con la humanidad.

 

La teoría de los “Chemtrails” empezó a finales de los años 90, especialmente a través de webs en internet dedicadas a difundir ideas conspiratorias. Entre 1996 y 1997 se podía encontrar un texto en internet, el cual, fue considerado como el punto de partida de la gran conspiración de los «Chemtrails». En el texto, se afirmaba que «las líneas que llenan nuestros cielos no son estelas de condensación. […] Todo esto apesta a un programa gubernamental de control de población».

Transcurridos 2 años, en 1999, la teoría se expandió por todos los EEUU y de ahí al mundo entero. De ello se encargó el periodista William Thomas, que recogió y emitió estas preocupaciones en el programa de radio “Art Bell”.

 

La formación de los mal llamados «Chemtrails»

 

Las estelas de condensación (Contrails) son nubes en forma de línea, compuestas de partículas de hielo, visibles detrás de los motores de los aviones a reacción. Se forman generalmente a altitudes de crucero en la atmósfera superior. Las estelas han sido un efecto normal en los motores de los aviones a reacción (y de muchos de pistón) desde los primeros tiempos de la aviación.

Si los coches de combustión, que circulan por nuestras carreteras, circulasen a temperaturas de -35°C ó -40°C, veríamos lo mismo. Veríamos vapor de agua condensándose y generando “estelas”. Cuando hervimos agua vemos que sale vapor (transparente), que en contacto con aire más frío se condensaría y formaría “una estela”. ¿Y cuántas veces hemos hervido agua sin envenenarnos o modificar la voluntad de las personas? Yo diría que nunca…

 

Si se produce suficiente humedad en el escape del motor, el agua se condensa en las partículas para formar gotas de líquido. A medida que el aire de salida se enfría, debido a la mezcla con el aire frío local, las gotas recién formadas se congelan rápidamente y forman partículas de hielo que forman una estela.

 

Dependiendo de la temperatura y humedad del aire, las estelas se evaporan rápidamente (si la humedad es baja) o persisten y crecen si la humedad ambiente es más alta. De hecho, el escape del motor a reacción de los aviones proporciona solo una pequeña porción del agua que forma hielo en el caso de las estelas persistentes. Estas estelas están compuestas principalmente por agua presente de forma natural en la atmósfera, a lo largo de la trayectoria de vuelo del avión.

 

Sustancias contaminantes que no contribuyen a formar «Chemtrails»

 

Los motores de los aviones emiten vapor de agua, dióxido de carbono y pequeñas cantidades de óxidos de nitrógeno (NOx). También emiten hidrocarburos, monóxido de carbono, gases de azufre y partículas de hollín y metal formadas por la combustión a alta temperatura del combustible del avión en vuelo. Pero en realidad, de entre todos estos gases emitidos, tan solo se necesita vapor de agua para la formación de una estela de condensación, un Contrail. Los gases de azufre también son de potencial interés, ya que conducen a la formación de pequeñas partículas.

Todas las demás emisiones de los motores, se consideran no esenciales para la formación de estelas. Se formará una estela de vapor si, a medida que los gases de escape se enfrían y mezclan con el aire circundante, la humedad aumenta o la temperatura disminuye lo suficiente para que se produzca condensación de agua líquida. El nivel de humedad alcanzado depende de la cantidad de agua y temperatura tanto en el aire circundante como inmediatamente detrás del escape. 

 

Solo se necesita vapor de agua para la formación de una estela de condensación, un Contrail. Los gases de azufre también son de potencial interés, ya que conducen a la formación de pequeñas partículas. Pueden durar horas mientras crecen hasta varios kilómetros de ancho y hasta 200 ó 400 metros de altura.

 

La temperatura y humedad atmosférica en cualquier ubicación dada, sufren variaciones naturales diarias y estacionales. Por lo tanto, no siempre son adecuadas para la formación de estelas. Si se produce suficiente humedad en la columna de escape, el agua se condensa en las partículas para formar gotas de líquido. A medida que el aire de salida se enfría, debido a la mezcla con el aire frío local, las gotas recién formadas se congelan rápidamente y forman partículas de hielo que forman una estela.

 

La duración de las estelas de condensación, los Contrails

 

Tras la formación inicial de hielo, una estela de condensación puede evolucionar de dos maneras diferentes, dependiendo de la humedad circundante. Si la estela está a baja altitud, la estela tendrá una vida corta. Las partículas de hielo recién formadas se evaporarán rápidamente a medida que los gases de escape se mezclan completamente en la atmósfera circundante. La estela en forma de línea resultante se extenderá solo a una corta distancia detrás de la aeronave.

 

En el año 2017, la OMM (Organización Meteorológica Mundial) definió como “Cirrus Homogenitus» a las estelas de condensación que duraban más de 10 minutos.

 

Si la humedad es alta, la estela será persistente. Las partículas de hielo recién formadas continuarán creciendo en tamaño al tomar agua de la atmósfera circundante. En estos casos, las estelas resultantes pueden extenderse a grandes distancias detrás de un avión. También pueden durar horas mientras crecen hasta varios kilómetros de ancho y hasta 200 ó 400 metros de altura.

Esto es debido a que las estelas se propagan debido a la turbulencia del aire creada por el paso de las aeronaves, las diferencias en la velocidad en el viento y los efectos del calentamiento solar. En 2017, la OMM (Organización Meteorológica Mundial) definió como “Cirrus Homogenitus» a las estelas de condensación que duran más de 10 minutos.

 

Días con más o menos estelas

 

Las condiciones climáticas son el principal factor para entender por qué se forman las estelas, por qué algunas persisten más que otras y por qué a veces el paso de los aviones no deja ese rastro. El tráfico aéreo también nos sirve para entender por qué algunos días vemos más estelas de condensación que otros.

Como los aviones vuelan a través de aerovías, esas estelas de condensación se pueden ver en días despejados. Además, ahora los aviones, ya vuelan a mayor altitud, lo que favorece la formación de estelas. En resumen, si hay más tráfico aéreo, más humedad y menos viento, es probable que veamos más estelas.

 

Los bulos sobre pilotos y «Chemtrails»

 

En 2020, se compartió en la red social Facebook lo siguiente: “Un piloto militar que habría participado en unas maniobras de «Chemtrails» habría confesado su existencia, para qué se realizan y cómo».  La «supuesta confesión» está fechada, según los vídeos en los que el narrador la lee, el 8 de Diciembre de 2014. Las «supuestas maniobras» de rociado se llamaban «Maniobras Indigo Skyfold». Pero no hay en ese post ningún enlace, ni constancia ni detalle sobre quién es el supuesto piloto. Ni dónde o cuándo habría confesado, ni prueba alguna de que realmente dicha confesión haya ocurrido.

 

En 2020, se compartió en Facebook lo siguiente: “Un piloto militar que habría participado en unas maniobras de «Chemtrails» habría confesado su existencia, para qué se realizan y cómo».  La «supuesta confesión» está fechada el 8 de Diciembre de 2014. Todo fue mentira.

 

En 2023, un bulo parecido ha regresado con más fuerza que nunca. Se dice que hay pilotos detenidos en Suecia que han admitido en un vídeo en «TikTok» que los tóxicos que echan al aire producen “Neumonitis Química”. Como siempre, no hay constancia alguna de dicha detención ni noticia en las agencias internacionales de prensa ni en ningún medio sueco. Tampoco se encuentran noticias en Google respecto a este caso.

Las imágenes que se utilizan en el vídeo de estos supuestos pilotos suecos son imágenes de aviones en operaciones aéreas contra incendios forestales. 

 

Otros bulos que se hicieron famosos en España

 

Otro bulo que tuvo mucho recorrido fue uno sobre supuestas confesiones de los “Chemtrails”, que llegó hasta la Comisión Europea. Desde 2014, circuló un bulo importante en forma de cadena de mensajes por «WhatsApp» en España. Se basaba en que, en un informe a la Unión Europea, 4 trabajadores de la Agencia Estatal Española de Meteorología (AEMET) afirmaban que España estaba siendo rociada con dióxido de plomo para alejar las lluvias y promover el turismo.

El informe se refería a una supuesta noticia emitida por la emisora española de radio «Cadena Ser». La supuesta noticia no se encontró por ningún lado. En 2015, un Eurodiputado dirigió una pregunta parlamentaria a la Comisión Europea sobre ello. La UE negó la existencia del supuesto informe y afirmó que la Comisión había investigado la cuestión con las autoridades españolas y no había encontrado prueba alguna de lo afirmado.

 

Desde 2014, circuló un bulo importante en forma de cadena de mensajes por «WhatsApp» en España. Se basaba en que, en un informe a la UE, 4 trabajadores de la Agencia Estatal Española de Meteorología (AEMET) afirmaban que España estaba siendo rociada con dióxido de plomo para alejar las lluvias y promover el turismo.

 

Otro gran bulo fue el que implicó al satélite «Meteosat». Se ha investigado, a través de imágenes satelitales, la supuesta existencia de fumigaciones y «Chemtrails». Estas fumigaciones disiparían las lluvias y traerían la sequía a España. Las mentes conspiranoicas señalaron franjas o manchas de color muy oscuro sobre el cielo de España en esas imágenes. Se leían afirmaciones como esta: Borrasca por el Océano Atlántico. ¿Y qué hacen? Fumigar antes de su llegada para deshacer la lluvia”.

Esas imágenes son una herramienta del satélite “Meteosat”. Con ella, detecta erupciones volcánicas coloreando de color verde el dióxido de azufre en la atmósfera. Usa el color negro por defecto para señalar las nubes altas o cirros y las estelas de condensación de los aviones. Así, en las imágenes satelitales se diferencian unos fenómenos de otros. Nada que ver con ninguna conspiración de «Chemtrails»…

 

 El bulo de la fumigación de nubes a través de los «Chemtrails»

 

La técnica de sembrar con yoduro de plata las nubes cargadas de agua y de granizo consiste precisamente en hacer que llueva antes de que el granizo sea demasiado grande y destroce las cosechas. Los conspiranoicos denuncian lo siguiente: “Luego nos hablan de sequía, cambio climático y calentamiento global mientras alteran artificialmente el tiempo para que no llueva”. Pues no pueden estar más equivocados porque estas campañas consisten precisamente todo lo contrario.

 

Las imágenes que se utilizan en el vídeo de los supuestos pilotos suecos detenidos por fumigar son imágenes de aviones en operaciones aéreas contra incendios forestales.

 

Cuando se está formando una tormenta de granizo, los agricultores aprovechan las corrientes ascendentes de aire para enviar pequeñísimas cantidades de yoduro de plata a las nubes. Este compuesto hará que los cristales de hielo caigan con menor tamaño (granizo más pequeño) y así no dañen los cultivos. Además, estas técnicas no son del todo efectivas y tan solo funcionan en el 35% ó 40% de los casos. La toxicidad del yoduro de plata es mínima por la dosis en que se aplica, según todos los expertos.

Existe, eso sí y está confirmado por el profesor David Keith (Universidad de Harvard), una nueva tecnología basada en la «Ingeniería Geo-Solar». Actualmente se están llevando a cabo diversas pruebas con esta ingeniería. Consiste en lanzar a la atmósfera pequeñas partículas reflectivas para reducir la cantidad de luz solar que llega al suelo. De esta forma, estaríamos ayudando a enfriar determinadas zonas del suelo y mejorar la calidad de los cultivos, evitando que se sequen a causa de las altas temperaturas.

 

Ángela Merkel, canciller de Alemania, también tuvo su propio bulo

 

Durante mucho tiempo fue famoso un bulo sobre los «Chemtrails» el protagonizado por la canciller alemana Ángela Merkel. En diversas fotografías, publicadas en los medios de comunicación, se le pudo observar dentro de un avión junto a una serie de bidones llenos de líquido. La realidad es que eran tanques de lastre para equilibrar el peso del avión, que se utilizan para hacer pruebas con el avión simulando llevar el peso de los pasajeros y equipaje, por ejemplo.

 

Ángela Merkel protagonizó uno de los bulos más famosos que se conocen sobre los «Chemtrails» cuando visitó un avión e pruebas, repleto de tanques de lastre llenos de líquido que simulaban peso a bordo.

 

Pues los teóricos de la conspiración de los “Chemtrails” no perdieron tampoco oportunidad en aquella ocasión. Era la foto perfecta para demostrar la veracidad de las fumigaciones con aviones y como toda una Canciller Alemana pasaba revista al sistema que producía los «Chemtrails». Ángela Merkel estaba visitando un nuevo modelo de avión en una factoría aeronáutica en Europa y los bidones eran eso, tanques de lastre para hacer pruebas de equilibrado de peso con el avión.

 

La lógica contra lo absurdo de los «Chemtrails»

 

No hay que ser un genio para ver que todos estos supuestos razonamientos no se sostienen. Cualquiera que sepa cómo funciona el sector aéreo y cómo se operan los vuelos, es conocedor de los trámites obligatorios previos que hay que formalizar antes de cualquier despegue.

Cuando un avión despega de un aeropuerto, su tripulación tiene que presentar antes un plan de vuelo con las intenciones del vuelo. Los vuelos de fumigación necesitan autorización previa, ya que realizan múltiples pasadas a muy baja altura sobre un terreno, todo lo contrario a los supuestos “Chemtrails”. Cuando se fumigan cultivos o se extinguen incendios, es necesario hacerlo a la menor altura posible. Las partículas químicas activas que se vierten son susceptibles de difuminarse en la atmósfera. Por eso lo hacen a una altura que permita la disolución total del mismo antes de que toque tierra.

 

Cualquier alteración en la composición del combustible que utilizan los aviones puede ser fatal. Llevaría de manera ineludible a graves averías, que obligarían al apagado de los motores durante el vuelo. Si esto fuese así, el cúmulo de incidencias sería enorme y no se tardaría demasiado tiempo en dar con la causa del problema.

 

Las aeronaves que realizan estos trabajos, necesitan transportar los tanques con los productos químicos utilizados, que tienen que ser arrojados a la atmósfera a la altura correcta. Sabiendo que los mal llamados “Chemtrails” tienen cientos de kilómetros de longitud, cabría preguntarse qué tipo de avión podría operar semejante vuelo. No tiene sentido argumentar que se fumigue con armas químicas o biológicas a la población a alturas superiores a los 10.000 metros.

Los aviones de extinción de incendios, incluso los más grandes, apenas tardan un par de segundos en soltar los miles de litros de compuestos químicos (agua y retardantes) que albergan en su interior. Parece, además, ridículo que se pueda dejar un rastro tan sumamente visible en el cielo.

 

¿Cientos de miles de personas implicadas en envenenar a la gente?

 

Además, habría que involucrar a aerolíneas, pilotos, técnicos de mantenimiento, controladores, etc… a una operación destinada a envenenar a la gente. Algunos profetas de los “Chemtrails” contestaron a esta preguntando haciendo alusión a que determinados gobiernos podrían estar añadiendo los compuestos químicos tóxicos al combustible de los aviones, sin el conocimiento de sus tripulaciones.

 

Como los aviones vuelan a través de aerovías, esas estelas de condensación se pueden ver en días despejados. Además, ahora los aviones, ya vuelan a mayor altitud, lo que favorece la formación de estelas. En resumen, si hay más tráfico aéreo, más humedad y menos viento, es probable que veamos más estelas.

 

Cualquier alteración en la composición del combustible que utilizan los aviones puede ser fatal. Llevaría de manera ineludible a graves averías, que obligarían al apagado de los motores durante el vuelo. Si esto fuese así, el cúmulo de incidencias sería enorme y no se tardaría demasiado tiempo en dar con la causa del problema.

En fin, amigos. Hagamos una profunda reflexión sobre lo absurdo de mantener teorías conspirativas que se caen por su propio peso. Teorías basadas en mentiras, en bulos falsos, en pruebas amañadas para engañar, etc… Nos vemos todos en el próximo vuelo rumbo al misterio…