El mundo amanece esta mañana llorando una de las tragedias más impactantes que la Humanidad ha vivido cuando hablamos del mundo del arte y lo más importante, cuando hablamos de la historia de nuestra sociedad desde el comienzo de los siglos. Tristemente ayer todo el mundo pudo ver en directo cómo ardía la Catedral de Notre-Dame en París, una ciudad constantemente atacada y amenazada por el terrorismo y el extremismo musulmán.
Una docena de iglesias han sido profanadas a lo largo de los últimos siete días en muy distintos puntos de Francia, víctimas del vandalismo anticristiano más palmario.
En Nimes (departamento del Gard), cerca de la frontera con España, la iglesia Notre-Dame des Enfants (Nuestra Señora de los Niños), ha sido profanada de manera particularmente odiosa: unos desconocidos pintaron una cruz con excrementos humanos, saquearon el altar mayor y el sagrario y robaron las hostias, que fueron descubiertas más tarde entre montones de basura.
Así mismo la iglesia de Notre-Dame en Dijon (departamento Côte-d’Or), en el este del país, sufrió el saqueo del altar mayor y las hostias fueron extraídas también del tabernáculo, esparcidas por el suelo y pisoteadas. En Lavaur, en el departamento meridional del Tarn, la iglesia del pueblo fue asaltada por unos jóvenes en aparente estado de embriaguez. El brazo de una representación de Cristo crucificado fue «torcido» para hacer creer que hacía un gesto obsceno. En la periferia de París, en el departamento de Yvelines, varias iglesias han sufrido degradaciones de diversa importancia, en Maisons-Laffitte, en Houilles.
La policía y la jerarquía católica guardan silencio. La restauración de las degradaciones causadas por el incendio de Saint-Sulpice tendrá un costo de varios centenares de millones de euros.
Sin tener un origen religioso o cultural particular, las profanaciones de la última semana tienen un carácter anticristiano evidente. Ebrios de un odio feroz, los vándalos desean dar a sus actos una clara dimensión antirreligiosa. Durante los últimos meses, bandas antisemitas han profanado cementerios judíos, «firmando» sus acciones con cruces gamadas. En el caso de la profanación de las iglesias católicas, el vandalismo no está «firmado»: habla por sí solo: burlas atroces de la figura de Cristo en la cruz y profanación de altares mayores.
La jerarquía religiosa prefiere guardar púdico silencio. La Conferencia episcopal y varias personalidades se han limitado a subrayar esa amenaza anticristiana, esperando que la autoridad política y policial haga su trabajo. En ese marco, quizá tenga particular importancia el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, no lejos de la de Saint-Germain-des-Prés, dos emblemáticos monumentos nacionales.
La Policía está convencida del carácter criminal de esta acción, el pasado domingo, poco después de la misa de doce, con el templo ya vacío. Un sacerdote de la parroquia vio en días pasados a un individuo que prendía fuego a maderas en las inmediaciones, pero no dio importancia al incidente sin aparente trascedencia. La Policía busca al posible sospechoso.
EL ESTADO ISLÁMICO LLAMA A ATENTAR CONTRA LA SEMANA SANTA
Un canal propagandístico afín al debilitado Estado Islámico ha llamado a lanzar ataques contra las festividades de Semana Santa en España, aprovechando el inicio de las festividades religiosas. «Dónde estáis ahora, muyaidines de Alá, cuando se os necesita», inquiere retóricamente un vídeo recién publicado a través del canal de la aplicación Telegram de la llamada Fundación Muntasir.
La grabación, de poco más de un minuto, incorpora imágenes del atentado en Barcelona en 2017, que mezcla con secuencias en Valencia y Málaga, con procesiones abarrotadas, y con fragmentos de un atropello o de un individuo escondiendo un arma blanca. El vídeo, en castellano, imita los mensajes que en el pasado emitieron medios manejados por miembros del IS. Insta a las llamadas células durmientes y lobos solitarios a actuar en nombre de la guerra santa.
«Lo más interesante desde mi punto de vista es la utilización de un fragmento de audio de Muhammad Yasin Ahram Pérez, alias «El Cordobés», el hijo de la Tomasa, extraído del vídeo de reivindicación de DAESH de los atentados de Barcelona», indica Carlos Seisdedos, responsable del área de ciberinteligencia de la empresa de ciberseguridad ISECAuditors. Las fuerzas de seguridad dan por muerto al Cordobés, pero no la amenaza que representaba.
Las fuerzas de seguridad han contado hasta seis amenazas explícitas contra España, en lo que va de año, proferidas por el entorno islamista radical. En todos los casos se trata de meras comunicaciones virtuales. Pero las autoridades mantienen la alerta y, con motivo de la Semana Santa, la han elevado al nivel cuatro (riesgo alto) de cinco establecidos. Uno de los objetivos es garantizar la seguridad evitando momentos de pánico innecesarios y peligrosos, como el ocurrido en la «Madrugá de Sevilla» en el año 2017.
FUENTES: Periódico ABC y El Mundo.
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