Cuando Franco fusiló al pionero aeronáutico «Caballero del Azul». Virgilio Leret fue el autor de una patente pionera que pudo cambiar la historia aeronáutica española. La registró en 1935 pero no pudo convertirla en realidad. Fue fusilado durante las primeras horas de la Guerra Civil. Os lo cuento hoy en mi artículo…
Bienvenidos a bordo, amigos de los «Misterios Aéreos». Es muy probable que Virgilio Leret, fusilado en Melilla el 18 de Julio de 1936, fuese el primer oficial fusilado por las tropas sublevadas al inicio de la Guerra Civil. Sus asesinos debieron pensar que sacaban de en medio a un oficial leal al Gobierno de la República, que había jurado defender.

Leret Ruiz, Virgilio. Nacido en Pamplona (Navarra, 23 de Agosto de 1902) y fusilado por las tropas de Franco en El Atalayón (Melilla, 18 de Julio de 1936). Aviador militar e ingeniero.
Lo que ignoraban es que sus balas estaban abortando la que era, probablemente, la mayor oportunidad que España tuvo para hacer historia en la ingeniería aérea. Así, nuestro país dejaba de protagonizar las principales páginas de la historia de la aviación.
Una vida dedicada a la aviación militar, sesgada por Franco
Virgilio Leret Ruiz nació en Pamplona (Navarra), el 23 de Agosto de 1902. Murió fusilado en El Atalayón (Melilla), el 18 de Julio de 1936. Fue un aviador militar e ingeniero. Leret siguió la carrera militar de su padre e ingresó a los 15 años en la Academia de Infantería de Toledo. El 8 de Julio de 1920 se graduó como Alférez y fue destinado al Regimiento del Serrallo 69 (en Ceuta).
Leret solicitó realizar el curso de piloto militar (Febrero de 1924) en la Escuela de Albacete. No lo finalizó porque tuvo que volver a Larache para intervenir con su unidad en la retirada de Xauen y otros combates norteafricanos.

Dado lo avanzado de las investigaciones, Virgilio Leret hubiese logrado su objetivo antes de esa fecha.
Terminó su formación como piloto militar en Enero de 1928. Fue clasificado en la Escala del Servicio de Aviación, ocupando diversos destinos en Getafe (Madrid). En 1929 se hizo Ingeniero Mecánico Electricista (que cursó por correspondencia en la Internacional Institución Electrotécnica) y se casó con Carlota O’Neill Lamo.
En Mayo de 1932 fue destinado a las Fuerzas de África en la Base de El Atalayón (Melilla). Meses después realizó el curso de piloto de hidroaviones en Los Alcázares, terminando en Febrero de 1933. Leret incluso pudo participar en la vuelta a España en hidroavión celebrada en 1934.
Franco acabó fusilando al pionero aeronáutico Leret
La Base Española de Hidroaviones del Atalayón estaba en la Mar Chica (antiguo protectorado español de Marruecos). Allí fue fusilado Leret en la madrugada del 18 de Julio de 1936. Aquella base sirvió como base para los hidroaviones militares españoles.

Lo que Leret proponía, era colocar un sistema en el que el aire que recibía el avión se empleara para mover la turbina con un menor peso que el motor de pistones, al tiempo que produjera mayor velocidad al provocar menos rozamiento.
«Con el caso de Leret nos encontramos con toda una esperanza para la técnica española. Una técnica que terminó cortada de raíz por la sinrazón de la Guerra Civil», escribe Alejandro Polanco Masa en su libro «Made in Spain. Cuando inventábamos nosotros». (Publicaciones Glyphos).
Añadió: «De no haber muerto al comienzo de la contienda, muy posiblemente hoy día sería recordado como uno de los precursores de la aviación a reacción, junto a Frank Whittle o Hans Von Ohain».
Todo por una patente que Leret presentó el 29 de Marzo de 1935, concedida el 2 de Julio de 1935. Fue bajo el nombre de «Un moto-turbocompresor de reacción continua, como propulsor de aviones y en general, de toda clase de vehículos».
Dado lo avanzado de las investigaciones de Leret, no es descartable que, bajo circunstancias normales, Virgilio Leret hubiese logrado su objetivo antes de esa fecha.
Su patente del primer motor turbocompresor de avión
Esta patente reunía el desarrollo teórico de un motor a reacción, listo para pasar a la fase de experimentación. El primer vuelo de un avión reactor se consiguió en Alemania el 27 de Agosto de 1939.
El invento de Leret fue patentado en el Registro de la Propiedad Industrial de Madrid (28 de Marzo de 1935), con el nº 137.729. Él entendía que el futuro de la aviación estaba en otro tipo de motores. Los motores alimentados con hélices ya no daban más de sí, ni en potencia ni en velocidad.
Leret propuso conseguir que el aire que recibía el avión se empleara para mover la turbina con menor peso que el motor de pistones para producir mayor velocidad al provocar menos rozamiento.

De no haber caído por las balas al comienzo de la contienda, hoy en día Leret sería recordado como uno de los precursores de la aviación a reacción, junto con los nombres de Frank Whittle o Hans von Ohain.
La patente fue estudiada por una Comisión de Ingenieros Aeronáuticos Españoles, considerándola un magnífico invento. Un mes antes de la Guerra Civil, comenzaron a construirlo para probarlo en los talleres aeronáuticos de «Hispano-Suiza» de Madrid. Necesitaban tiempo, calculando que para Septiembre de 1936 se realizarían las primeras pruebas en el aire.
Enviaron a Leret 3 meses como Jefe de las Fuerzas Aéreas de África a la base del El Atalayón, de hidroaviones. Este destino buscaba que tuviera un descanso veraniego para así afrontar con fuerzas el trabajo a realizar con su motor. Allí murió fusilado antes de probar su invento.
El Caballero del Azul
Leret destacó en escenarios bélicos como Marruecos, donde llegó a resistir un largo asedio al frente de un puñado de soldados. Su avión fue derribado durante el desembarco de Alhucemas y tuvo que escapar durante horas por territorio hostil, perseguido de cerca por el enemigo, antes de lograr reencontrarse con sus tropas.
Las inquietudes de Virgilio le llevaron a escribir y publicar un par de libros bajo el pseudónimo de «El Caballero del Azul». Eran obras del estilo del famoso libro de «El Principito» (de Saint-Exupery) que por aquel entonces aún no se había publicado.

Leret destacó en escenarios bélicos como Marruecos, donde llegó a resistir un largo asedio al frente de un puñado de soldados.
Siempre, Virgilio, evocó a la aviación como un factor muy importante para el desarrollo de la Humanidad. Era un auténtico visionario, tanto, que lo demostró con la patente del primer moto-turborreactor diseñado por él mismo.
Además, Leret consiguió fama en los círculos aeronáuticos por sus escritos, firmados con el pseudónimo de «El Caballero del Azul». Avanzaba su visión de un mundo surcado por veloces aviones que transportarían a la gente de un continente a otro. Virgilio fue autor, también, de varios libros de ficción.
La esposa feminista de Leret
El calvario para su mujer comenzó, la líder feminista Carlota O’Neill. Fue detenida, encarcelada y separada de sus 2 hijas con Leret. En prisión, ella recibió una serie de pertenencias de su esposo. Entre ellas, le sorprendió descubrir varios papeles entre los que se encontraban los planos originales del moto-turbocompresor y la memoria manuscrita de la patente.
Consciente de la importancia de aquellos papeles, se los entregó a unos amigos para que los custodiaran hasta que ella saliera de la cárcel.

Carlota O’Neill. Mientras estuvo en prisión, recibió pertenencias de su esposo y le sorprendió descubrir varios papeles entre los que se encontraban los planos originales del moto-turbocompresor y la patente.
Tras salir de prisión en 1940, Carlota depositó una copia de la documentación de Leret en la embajada británica. El documento original se lo llevó consigo cuando logró exiliarse con sus hijas a Venezuela y luego a México.
A partir de ese momento, Carlota lucharía por recuperar la memoria de su esposo, reducida, por sus vencedores, a la de un traidor. El camino que siguió la documentación entregada a los británicos se desconoce, quién la pudo ver también. Y si tuvo alguna influencia en los trabajos, por entonces, de Frank Whittle en Inglaterra en el campo de la propulsión a reacción, sólo podemos conjeturar.
Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos…
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