Existen muchos casos en los que los aviones de vigilancia o aviones de fotografía para trabajos cartográficos se han visto involucrados en casos de avistamientos OVNI. Precisamente este tipo de aeronaves han llegado a detectar estos fenómenos, ofreciéndonos fotografías o filmaciones de Objetos Voladores No Identificados muy claras y evidentes. Existe un caso muy famoso en Costa Rica, sucedido en el año 1971 y es lo que hoy os cuento en mi artículo. Bienvenidos a bordo de mi blog, amigos de los «Misterios Aéreos».

Viajamos a Costa Rica. En concreto al año 1971. Existe un lago con aproximadamente una profundidad de entre 6 y 18 metros llamado Lago de Cote, o Lago de Cóter, que fue el protagonista de una inexplicable foto de un avistamiento OVNI el 4 de Septiembre del año 1971. El Lago Cote es un lago formado por un cráter de agua dulce con forma ovalada; se halla en el distrito de Cote, en el cantón de Guatuso, provincia de Alajuela, al Noroeste de Costa Rica. Su nombre significa  Amor y Paz en lengua  Maleku. Dicen que es un lugar sagrado y misterioso, donde siempre se ha hablado de presencias y avistamientos OVNI a lo largo de la historia. Este lago con forma de corazón y rodeado por bosques formados en una vena volcánica llena de agua, es un verdadero paraíso natural donde en los árboles crecen orquídeas y bromelias y donde habitan aves acuáticas, tucanes o los famosos monos carablanca. Dicen que en este lago se experimenta una tranquilidad y una paz que no existen en este mundo perturbado por el  ruido, el activismo  y la violencia.

 

El Lago de Cote fue el protagonista de una inexplicable foto de un avistamiento OVNI el 04-09-1971. Es un lago formado por un cráter de agua dulce con forma ovalada; se halla en el distrito de Cote, en el cantón de Guatuso, provincia de Alajuela, al Noroeste de Costa Rica.

 

Aquel 4 de Septiembre de 1971, la imagen del “platillo volante” sorprendió al mundo entero, tanto por el hecho como por la forma en que curiosamente se había obtenido la fotografía. Un auténtico platillo volante captado por una cámara en vuelo con una definición y una claridad asombrosa.

La fotografía se ha sometido durante muchos años a los análisis de los expertos más críticos en el campo de la ufología y de la fotografía, definiéndola como una «imagen de un auténtico OVNI con muy alta calidad». Legó a ser la imagen de portada de algún famoso libro sobre OVNIS y sobre temática ufológica, incluso. Hasta el momento no se ha podido explicar el origen de la imagen en su totalidad. Richard Haines fue uno de los expertos que estudió la famosa fotografía. Haines es considerado una de las mayores autoridades mundiales en la investigación de los casos OVNI protagonizados por pilotos en vuelo y es investigador del centro NASA-AMES de la NASA en los EEUU. Además, es uno de los pocos casos en los que el Gobierno de la nación donde sucede el hecho es el que muestra y publica la famosa fotografía, una fotografía excepcional y de gran calidad. Pocas como esta tenemos hoy en día en cuanto a avistamientos OVNI.

 

Aquel 4 de Septiembre de 1971, la imagen del “platillo volante” sorprendió al mundo entero, tanto por el hecho como por la forma en que curiosamente se había obtenido la fotografía. Un auténtico platillo volante captado por una cámara en vuelo con una definición y una claridad asombrosa.

 

A las 08:25 am del día 4 de Septiembre del año 1971, un avión cartográfico del Gobierno de Costa Rica realizaba una sesión fotográfica en el área situada sobre el Lago Cote y sus alrededores. Las famosas fotografías se realizaban en vuelo con una cámara RMK 15/23 a intervalos de 20 segundos exactamente. Pero, sin que nadie se lo esperara, una de ellas captó algo increíble en vuelo que quedó como una sorpresa latente hasta que se descubrió nada más y nada menos que 8 años más tarde y por casualidad, precisamente.

A bordo del avión viajaban 4 ocupantes. Sergio L.V. que era el especialista en fotografía aérea, Omar A. como piloto del avión cartográfico, Juan B.C. que era Geógrafo profesional y Francisco R. que era Topógrafo profesional también.

El hallazgo de aquel elemento que la fotografía había grabado para siempre en la instantánea, sucedió de la siguiente manera. Alguien solicitó al archivo oficial de Costa Rica una fotografía de la zona y, en ese momento mientras estudiaban el documento gráfico, se dieron cuenta de que allí había un objeto volador no identificado y por supuesto desconocido. Tenía, según las primeras valoraciones de los testigos, una forma cónica y achatada y parecía flotar sobre el agua del Lago Cote. El OVNI presentaba un aspecto metálico brillante y no aparecía ni en la fotografía anterior ni en la fotografía posterior de la secuencia que se realizó en aquellos minutos. Primero se decantaron por una supuesta mancha en el negativo pero se comprobó el negativo original que había sido guardado como se suele hacer y no tenía ninguna mancha que mostrara pruebas de un objetivo fotográfico sucio a la hora de tomarse aquellas imágenes. El negativo fue impreso en película aérea de Kodak Safety, tipo 3665.

 

El objeto tiene aspecto metálico, pero los brillos están invertidos. La parte que está dirigida hacia el Sol es la que aparece más oscura. La parte que debería quedar ensombrecida (más aún si el objeto está inclinado) aparece brillante. No se aprecia sombra en el agua, aunque debería de haberla. El objeto debe de tener unos 210 metros de diámetro.

 

En Mayo del año 1979, 8 años después de aquel avistamiento OVNI con descubrimiento tardío, un colaborador del Departamento de Fotografía del Instituto Geográfico de Costa Rica llamó a Ricardo Vilchez, que era fotógrafo, investigador y analista de fenómenos OVNI. Estudió y examinó cuidadosamente la fotografía. La cámara de fotografía que iba montada en el avión y con la que se realizó estaba perfectamente equipada y no había dado ningún tipo de fallo en aquellas tomas fotográficas; volaban a unos 3.000 metros de altitud (9.000 pies en altitud aeronáutica) haciendo aquellos trabajos de cartografía en 1971, cuando sucedió el avistamiento  La imagen se tomó de forma automática por profesionales cartográficos desde el avión, por lo tanto, la falsificación (lo que llamamos «fake» hoy en día) se descartó por completo.

A finales del mes de Mayo de 1979, el experto fotográfico Ricardo Vilchez envió la fotografía a EEUU para su análisis digital. Tenía aspectos extraños que se veían a simple vista y en el laboratorio fotográfico estadounidense se emplearon a fondo en su análisis. Estas fueron las siguientes conclusiones del laboratorio tras examinar la famosa fotografía:

  • A la hora en la que la fotografía fue realizada, el Sol se encontraba a 16,7º grados de altitud sobre el horizonte de la Tierra en aquel lugar.
  • El detalle de la zona del OVNI orientada hacia el Norte tiene una definición mayor que el resto de objetos del suelo.
  • El objeto parece estar saliendo del agua, teniendo todavía sumergida la parte orientada hacia el Oeste (la de arriba).
  • El objeto tiene aspecto metálico, pero los brillos están invertidos. La parte que está dirigida hacia el Sol es la que aparece más oscura. La parte que debería quedar ensombrecida (más aún si el objeto está inclinado) aparece brillante.
  • No se aprecia sombra en el agua, aunque debería de haberla. El objeto tiene unos 210 metros de diámetro.
  • Analizando las sombras del suelo, el avión se encontraba girando y la cámara no apuntaba perpendicularmente al suelo.

 

En los años 70, los avistamientos fueron múltiples. OVNI captado desde un avión sobre el Amazonas brasileño en el año 1976.

 

En el año 1989, ya transcurridos 18 años del avistamiento, el experto en estudiar casos OVNI y avistamientos de pilotos, Richard Haines siguió con el tema en cuestión y publicó en el periódico «Journal of Scientific Exploration» un artículo en forma de análisis de la fotografía en el que no consiguió llegar a ninguna conclusión definitiva sobre el origen del Objeto Volador No Identificado captado por el avión de cartografía.

 

CONCLUSIONES

 

Según todos estos expertos y muchos otros que han estudiado minuciosamente el caso, las conclusiones de este avistamiento OVNI fotografiado serían las siguientes. La fotografía del OVNI muestra unos efectos de luz y de sombra típicos de lo que sería un objeto tridimensional que a su vez es iluminado por los rayos de luz solar. En ese momento de la captura de la fotografía y en esa localización del acimut del Sol, éste estaba a 85,4º grados (en el sentido de las agujas del reloj desde el Norte) y a una altitud de 16.7 grados sobre el horizonte.

La región triangular que aparece oscura en el objeto no puede ser, por lo tanto, una sombra solar. Las zonas deben de tener esa tonalidad originalmente. La sección cónica del objeto acaba en una zona más gruesa. La parte orientada al Oeste aparece difuminada y la parte orientada al Norte muy pero que muy bien definida. La nitidez de la imagen apunta a que el objeto no se estaba moviendo en el momento del disparo.

 

La fotografía del OVNI muestra unos efectos de luz y de sombra típicos de lo que sería un objeto tridimensional que a su vez es iluminado por los rayos de luz solar.

 

Richard Haines, de nuevo en el año 1990, publicó un nuevo artículo sobre este caso titulado: Photo Analysis of an Aerial Disc Over Costa Rica: New Evidence. En este trabajo, Haines describe cómo el análisis del negativo original confirma la sospecha inicial de que la imagen del OVNI no es el resultado de una doble exposición, una reflexión, un montaje o cualquier otro tipo de falsificación. No existe tampoco ninguna prueba de alteración en la superficie del agua.

La famosa fotografía del mundialmente ya conocido como «El Caso del OVNI del Lago Cote» ha aparecido desde entones en miles de informes y sigue siendo hoy en día un caso abierto sin explicación y un Expediente X todavía por resolver. Los resultados de algunos de los análisis fotográficos y profesionales apuntan a que podría tratarse de un artefacto inexistente en la propia zona donde se tomó la fotografía, un objeto volador no identificado que, aunque aparece impresionado y aparece en la imagen, no es real, pero sin embargo nadie ha encontrado su origen artificial o una explicación que demuestre que esta hipótesis es certera.

 

El OVNI presentaba un aspecto metálico brillante y no aparecía ni en la fotografía anterior ni en la fotografía posterior de la secuencia que se realizó en aquellos minutos. Primero se decantaron por una supuesta mancha en el negativo pero se comprobó el negativo original que había sido guardado como se suele hacer y no tenía ninguna mancha que mostrara pruebas de un objetivo fotográfico sucio.

 

Dicen que nuestro planeta Tierra tiene unos centros específicos de energía y que el Lago Cote es uno de ellos. El cosmos también tiene puertas de energía, aunque ellas sean invisibles a nuestros ojos. En este lugar, los expertos chamanes dicen que es posible experimentar y sentir las vibraciones de estas energías y cuando nos cruzan, si estamos abiertos a recibirlas, podremos obtener liberación, limpieza y hasta nos ayudaran a hacer los cambios en nuestra vida. Es lógico que, si existen seres de otras civilizaciones y vienen a visitarnos, hayan elegido un lugar como el Lago Cote para tomar tierra en nuestro planeta y conocer los secretos más profundos del lugar donde vivimos.

Como siempre, seguiremos en este blog de «Misterios Aéreos» investigando y contrastando nuevas informaciones en el caso de que se produzcan novedades sobre esta investigación pero lo cierto es que, como dijo Sherlock Holmes en una de sus investigaciones más famosas dentro sus aventuras detectivescas, «por imposible que nos parezca, la hipótesis que nos queda, es la causa más probable». Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos…