Chemtrails: El bulo de su relación con el 5G y con el Covid-19. Las épocas de crisis son el mejor terreno de cultivo para sembrar el miedo entre la población. La pandemia que hemos vivido no es una excepción. La gran incertidumbre que nos rodea, las pésimas noticias y la falta de respuestas a muchas preguntas, consiguen que muchos desesperados se agarren a cualquier explicación que justifique lo que está sucediendo. Hoy analizo y desmonto la demencial teoría que relaciona los «Chemtrails» con la tecnología 5G y con el Covid-19…

Bienvenidos a bordo, amigos de los «Misterios Aéreos». En mi último artículo de actualidad hemos analizado lo absurdo de creer que alguien nos fumiga desde aviones provocando estelas químicas. Analizamos en ese artículo la falsedad de los mal llamados «Chemtrails». Tras sufrir la pandemia del Coronavirus en nuestras vidas, algunas de estas teorías conspiranoicas y demenciales han tomado fuerza. Algunas de ellas, incluso, relacionando las supuestas estelas químicas con la tecnología 5G y con la pandemia del Covid-19.

 

En una encuesta publicada en EEUU, el 17 % de los estadounidenses pensaba que era cierto que su Gobierno estaba involucrado en la alteración de la atmósfera a través de los mal llamados «Chemtrails» que provocan los aviones.

 

Recordemos, una vez más, en qué consiste la teoría de los «Chemtrails». La palabra inglesa “Chemtrail” proviene de la abreviación de las palabras inglesas Chemical” “Trail”, traducidas al español como «Química” y «Estela». En su conjunto, «Estela Química».  Muchos conspiranoicos afirman que estas estelas forman parte de un plan secreto que pretende modificar el clima, provocar enfermedadescontrolar la natalidad o directamente acabar con la humanidad. 

 

La insostenible teoría de los «Chemtrails»

 

La imaginación de las personas que avivan este tipo de complots no tiene límites. En estas conspiraciones suelen aparecer Gobierno malvados, extraterrestres o mafias poderosas que controlan a la población desde sus despachos. No solo pasa en España. En una encuesta publicada en EEUU, el 17 % de los estadounidenses pensaba que era cierto que su Gobierno estaba involucrado en la alteración de la atmósfera a través de las estelas de los aviones. La ignorancia es muy atrevida y tiene las piernas muy largas.

La teoría de los «Chemtrails» se considera todo un clásico dentro del fabuloso mundo de las conspiraciones más extremas. Según sus defensores, hay aviones que se dedican a fumigar agentes químicos o biológicos sobre la población civil. La prueba que presentan de ello son las conocidas estelas blancas que dejan en el cielo las aeronaves.

 

La palabra inglesa “Chemtrail” proviene de la abreviación de las palabras inglesas “Chemical” y “Trail”, traducidas al español como «Química” y «Estela». En su conjunto, «Estela Química».

 

Hasta ahora, la segunda parte de su argumentación quedaba un tanto vacía. ¿Por qué? Muy sencillo. Se desconocía el fin último por el cual se estaba llevando a cabo esta labor secreta de fumigar a la población. Todos esos teóricos de la conspiración necesitaban «algo más» para completar la conspiración perfecta. Y gracias a la pandemia del Covid-19, esos defensores de las estelas químicas por fin han podido cerrar su particular ciclo delirante y conspiranoico.

 

La teoría que relaciona «Chemtrails» y tecnología «5G»

 

Esta nueva teoría es infinitamente más actual. Primero voy a explicar qué es la tecnología «5G». En el sector de las telecomunicaciones, «5G» son las siglas utilizadas para referirse a la 5ª generación de tecnologías de telefonía móvil.​ Es la sucesora de la tecnología «4G», que provee conectividad a la mayoría de los teléfonos móviles actuales todavía.

Los teóricos de la conspiración más demencial sostienen que esta nueva generación tecnológica tiene el poder de actuar sobre nuestros cuerpos, afectando al sistema inmunitario. Sin embargo, este supuesto complot sigue sin explicar el interés o la razón en hacernos daño a las personas afectando a nuestra salud. Hasta que llegó la pandemia del Coronavirus y el SARS-CoV-2 y aprovecharon la ocasión perfecta para crear la conspiración perfecta.

 

En el sector de las telecomunicaciones, «5G» son las siglas utilizadas para referirse a la 5ª generación de tecnologías de telefonía móvil.​ Es la sucesora de la tecnología «4G», que provee conectividad a la mayoría de los teléfonos móviles actuales todavía.

 

Han logrado unir todos estos «supuestos complots» en una sola teoría conspirativa. Los resultados de esa nueva alianza de psiquiátrico llevó, por ejemplo en el Reino Unido, a la quema y destrucción de torres de antenas de telefonía con tecnología «5G». Otros ciudadanos «ejemplares», convencidos de la relación entre la pandemia y la tecnología «5G», llegaron más lejos. Increparon y amenazaron físicamente a operarios de estas empresas telefónicas que realizan instalaciones en las calles, siendo necesaria en algunos casos la intervención policial.

 

El funcionamiento del complot del «5G» junto a los «Chemtrails»

 

La nueva súper teoría conspiranoica ha logrado un récord. La teoría ha unido a anti-vacunas, defensores de las estelas químicas y enemigos de la tecnología «5G». Esta unión de las 3 teorías de la gran conspiración, cobra mayor fuerza si lleva unidas las tres en una sola teoría. 

Según esta nueva teoría demencial, tras la pandemia del Covid-19, China ordenó a toda su población inyectarse una nueva vacuna que contenía ARN digitalizado. Este ARN (material genético de ciertos virus) reaccionaría con el “polvo inteligente” (supuestos elementos biológicos y químicos fumigados desde el cielo) a través de las ondas «5G» emitidas en la frecuencia de 60 GHZ.

 

El complot del «5G» sigue sin explicar el interés o la razón en hacernos daño a las personas afectando a nuestra salud. Hasta que llegó la pandemia del Coronavirus y el SARS-CoV-2 y algunos aprovecharon para crear la conspiración perfecta.

 

Así, cualquier Gobierno podría activar y desactivar cualquier infección a discreción, a cualquier hora y en cualquier lugar. La mezcla de elementos químicos y biológicos que se arrojan desde el cielo, las vacunas y la tecnología «5G», nos ha convertido en una masa de población controlable. Y esto a su vez, permite a los Gobiernos hacer y deshacer a su antojo sin ninguna resistencia.

Si toda la población china se hubiese vacunado, con ese nuevo ARN digitalizado controlado por ondas «5G» de 60 GHZ (frecuencia que el «5G» no usa), toda China estaría contagiada. Y eso no ha sucedido. La tecnología «5G» utiliza las frecuencias de 700 MHz y 3,5 GHZ. No usa la frecuencia de 60 GHZ. Esta teoría afirma que la enfermedad que causa el Coronavirus es el resultado de la exposición excesiva a ondas «5G».

No hay pruebas científicas que avalen esto. En Octubre de 2019, tres compañías chinas de telecomunicaciones anunciaron la instalación de tecnología «5G» en varias ciudades. Además, la teoría dice que la ciudad china de Wuhan fue la primera población china en implantar redes «5G». En aquel momento, ciudades como Pekín o Shanghai ya estaban conectadas al «5G». La teoría, por lo tanto, vuelve a mentir.

 

Antes de la tecnología «5G» la Humanidad ya sufría pandemias

 

La Humanidad ya ha sufrido numerosas pandemias antes de que existiese la aviación comercial. Y sobra decir que, también mucho antes de la llegada de la tecnología «5G» a nuestras vidas. Una cosa es criticar el sector de la aviación por su emisión de CO2 a nuestra atmósfera, cosa que nadie debe ni puede negar, aunque son muy inferiores a los de los vehículos terrestres.

 

la teoría dice que la ciudad china de Wuhan fue la primera población china en implantar redes «5G». En aquel momento, ciudades como Pekín o Shanghai ya estaban conectadas al «5G». La teoría, por lo tanto, vuelve a mentir.

 

Y otro tema muy distinto es culpar a determinados Gobiernos de tener planes secretos para la intoxicación masiva de la población. Lamentablemente además, a estas ideas demenciales de muchos, se suman a menudo los apoyos de algunos personajes «pseudo-famosos» que defienden estas teorías conspiratorias. Solamente así, estas ideas carentes de todo fundamento han conseguido mayor relevancia en la palestra pública.

No voy a entrar a debatir las teorías anti-vacunas o pro-vacunas propias de la pandemia porque eso es un tema totalmente diferente. Pero voy a luchar siempre por desmentir públicamente la supuesta conspiración del «5G» y de su relación con las estelas químicas. Considero tan absurda una teoría como la otra. Y lo peor de todo es que, llevar adelante este tipo de teorías conspirativas, puede llegar a ser muy peligroso por el tipo de consecuencias que conlleva creer en cosas que no existen.

 

Las estelas de condensación durante la pandemia del Coronavirus

 

Lo dije en mi último artículo. Los motores reactores emiten vapor de agua, dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos, monóxido de carbono, gases de azufre y partículas de hollín y metal. Estas últimas se forman por la combustión a alta temperatura del combustible del avión en vuelo. De entre todos estos gases emitidos, solamente se necesita vapor de agua para formar estelas de condensación, «Contrails». Los gases de azufre también son de potencial interés, ya que conducen a la formación de pequeñas partículas.

 

Al estudio de la contaminación durante la pandemia también se le sumaron los registros obtenidos por el satélite Sentinel-5P del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea.

 

Nadie dice que un avión no contamine en mayor o en menor medida. La Agencia Europea de Medio Ambiente confirmó, durante la pandemia del Covid-19, el descenso de contaminación por óxidos de nitrógeno en ciudades como Madrid, Barcelona, Roma, Milán y Lisboa. En los registros hubo bajadas de hasta un 50%. La mayoría de la flota mundial de aviones estaba parada en el suelo y ese factor contribuyó a ello.

Se registraron en la calidad del aire, tanto en Europa como en España, niveles difíciles de encontrar incluso durante las mejores condiciones meteorológicas. Los registros de más de 3.000 estaciones de medición anticontaminación, marcaron su mayor descenso de contaminación en Italia y España, dos de los país más castigados por el Coronavirus. A este estudio también se le sumaron los registros obtenidos por las imágenes de satélite del Sentinel-5P del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea.

Los óxidos de nitrógeno dañan los pulmones, no la atmósfera. La Agencia Ambiental Europea monitoriza otros 4 contaminantes que afectan al sistema respiratorio y al cardiovascular. Son el ozono atmosférico, el dióxido de azufre y las partículas finas PM 2,5 y PM 10 (restos de hollín de grosor de 2,5 y 10 micrómetros o milésima parte de un milímetro). Su inapreciable grosor (varias veces más finas que un cabello humano) les hace llegar hasta el fondo de los alveolos pulmonares.

 

El verdadero enemigo sigue siendo la contaminación

 

La Agencia Europea de Medio Ambiente, sin embargo, sigue sin pronunciarse acerca de la relación entre el Coronavirus y la calidad del aire. Ya ni menciono tesis demenciales como supuestas relaciones con los «Chemtrails». Está demostrado que las personas con problemas respiratorios previos son más propensas a sufrir complicaciones graves si entran en contacto con el Covid-19. Por eso, aquellas personas que respiran un aire de mala calidad tendrán peores condiciones para enfrentarse al Covid-19.

 

Llevar adelante este tipo de teorías conspirativas, puede llegar a ser muy peligroso por el tipo de consecuencias que conlleva creer en cosas que no existen.

 

Sin embargo, la Agencia Europea de Medio Ambiente reconoce que no existen datos todavía para relacionar la mala calidad del aire con el Coronavirus. Harían falta una serie de estudios epidemiológicos para poder confirmar que la exposición al aire contaminado agrava las condiciones médicas de las personas infectadas por Coronavirus. Nada, ABSOLUTAMENTE NADA, relacionado con las ondas «5G» o con los inexistentes «Chemtrails».

Seguiremos de cerca como siempre, amigos de los «Misterios Aéreos», este y todos los temas relacionados con teorías absurdas que nacen cubata en mano, diría yo, o de la ignorancia de no coger un libro y tener las suficientes ganas de aprender. Hasta el próximo vuelo del misterio, amigos…